
Se te ha dado para que lo compartas.
El talento es tu capacidad de asumir de la manera más saludable que puedas lo que te corresponde hacer en cada momento del desarrollo de tu vida. Es un hábito y una virtud. Es habitar en la virtud de extraer lo mejor de cada situación. Esa es tu contribución. No te engañes con tonterías.
Fantaseas con ofrecer al mundo algo espectacular. Mientras, eludes la cuestión principal. El mundo no te pide una aportación espectacular, te lo pide tu ego. El mundo te pide que sea necesaria. Cuando dejes de pelearte con tu vanidad harás tu mayor descubrimiento. Estarás en tu lugar, habrás dejado de buscar.
Crees que tu paz, tu seguridad y tu felicidad dependen de la fama y la fortuna que puedas adquirir, y te encandila la posibilidad de que un día las puedas obtener. Esa hipoteca es infinita e impagable. El ego es insaciable. Apoyas tu bienestar sobre el inestable pilar de una droga.
Tu ansiedad , el miedo a perder lo que tienes, a no triunfar y a no ser aceptado no serán necesarios en el momento en el que descubras y asumas que el mundo no te pide nada espectacular ni fuegos artificiales. Te pide que brilles tú. Colaboras aceptando que lo más importante que tienes que conquistar es a ti.
¿Qué es conquistarte a ti? Conocer y atreverte a compartir tu esencia, la manifestación en ti de la inteligencia creadora de todo lo que existe. El mundo y tú lo agradecerán.Tu agotamiento y tu aburrimiento son por la lucha que sostienes por negarte a aceptar que vibras mejor con la alta frecuencia.
Así como el océano son gotas de agua, tu brillo es un matiz único e indispensable de todos los que conforman la Luz universal.
¡Abrazos!
-Jorge Armas Davara