
Los pensamientos crean la realidad. Cuanto mayor es tu ancho de banda más frecuencias puedes abarcar.
La realidad no es la realidad, sino lo que tú percibes de ella. Para ti, y para todo el mundo, las cosas son tal y como las tienes definidas en tu cabeza. No puedes comprender ni alcanzar más de lo que el contenido de tu mente te permita. Tampoco menos, aunque a veces lo desees.
Cuantas más ideas manejes, más ideas podrás desarrollar según un crecimiento exponencial. Y al revés ocurre lo mismo. Cuantas menos ideas quieras tener, menos ideas tendrás cada vez.
Si cambias y aumentas tu contenido mental y mejoras su calidad, creas una vida más amplia y mejor.
No es solo que puedas pensar las cosas porque esas cosas existen, también ocurre que las cosas existen porque las piensas. Hasta la física cuántica ha demostrado que el resultado de un experimento está condicionado por la actitud del experimentador.
Me resulta incómodo tener que recurrir a experimentos científicos para tratar de hacerte comprender algo que tú sabes de sobra. Has tenido suficientes experiencias en tu vida para saber que es así, que para ti existen tantas posibilidades vitales como seas capaz de concebir.
Muchas veces, sólo por pensar algo de una manera diferente, te ha ocurrido algo diferente. O que por pensar en alguien te lo encuentras al momento. O que cuando te olvidas definitivamente de alguien que ya no quieres volver a ver, no te lo vuelves a cruzar más en tu vida.
Son tus prejuicios los que te limitan. Detrás de los prejuicios hay miedo. El miedo los alimenta y sostiene. El miedo es el virus que portamos en nuestro programa mental para que no nos desarrollemos y sigamos siempre igual, estando cómodos en nuestra insatisfacción.
Lo que realmente te debe de dar miedo es perderte todas las posibilidades vitales que te están esperando.
¡Un abrazo muy fuerte!
-Jorge Armas Davara